Contar una historia cambia a quien la cuenta. Y por momentos la ficción es la única manera de pensar lo verdadero (Federico Falco, Los llanos)
"Llueve hace dos semanas. La ciudad se me presenta como un pueblo de antaño, las casas bajas podrían ser la extensión vertical de la tierra. Todo es marrón, verde y madera. Medieval, a diferencia del paisaje de rascacielos metálicos en la capital. Intento salir a caminar, al menos un par de horas por día. Garúa constante. El viento y el cielo gris ya están empezando a hacer de lo suyo. Mi campo emocional empieza a resquebrajarse: extraño a Juan.
Hice uso de toda la ropa impermeable que traje. La lluvia sigue atravesando los poros más estrechos de la tela. Ayer encontré un tender en la cocina compartida de la casa. Aprovechando que todavía estoy sola, lo traje a mi habitación y colgué la ropa interior que llevaba puesta. En estado de viaje, explorar las cercanías es algo que me resulta necesario. Ir haciéndome una idea de hogar. Sin importar si la permanencia en el lugar es breve o extensa. Reconocer el camino de vuelta. Me niego a quedarme todo el día adentro.
Hasta hace unos días, fue fácil, mi memoria fotográfica venía siendo aliada. Aunque todavía no puedo leer ningún cartel, empecé a distinguir mi calle: nace al costado de la autopista rural y sube hacia la casa.
Desde que llegué salgo muy temprano. Ayer caminé durante más de cuarenta minutos perdida. Salí por la mañana y atravesé la calle que corre al costado de la autopista, hasta llegar a la estación. El camino hacia el subte me lleva, aproximadamente, veinte minutos a pie. Bajo por la calle de la casa. En la esquina hay un edificio que parece un fuerte. Takashi, el dueño del ryokan y director de la residencia, me contó que es un centro de la Alianza Francesa. Enfrente hay un descampado con una reja muy alta y algunos árboles de cerezo que empiezan a florecer. Durante todo el recorrido, la calle huele a sopa. A caldo de pescado, a cualquier hora. La primavera está comenzando, pero todavía hace mucho frío. En este barrio residencial, el vapor de la comida envuelve las casas y sus veredas."
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Concreto (CABA)
104 págs. - 20 x 14 cm.
Prensa
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