...el verdadero El Dorado está más adelante todavía (John Mason Peck, New Guide for Emigrants to the West)
"Lily oyó el disparo a la una menos diecisiete. Supo qué hora era con exactitud porque, en vez de mirar por la ventana la oscuridad donde reverberaba todavía el disparo, siguió abrochándose el cierre del reloj de diamantes que Everett le había regalado hacía dos años, para su decimoséptimo aniversario; se quedó mirándolo un rato largo y luego, sentada en el borde de la cama, se puso a darle cuerda.
Cuando ya no pudo darle más cuerda se puso de pie, todavía descalza de la ducha, tomó un frasco de Joy del tocador, se echó un buen chorro en la mano y la metió por debajo del cuello del vestido para extendérselo, como una especie de amuleto, por los pechos pequeños y desnudos: en las páginas despreocupadas de esas revistas en las que Joy era proclamado periódicamente el Perfume más Caro del Mundo, nadie oía disparos en su muelle sentada en el dormitorio.
Con la mirada clavada no en las ventanas sino en las instantáneas enmarcadas de los niños que colgaban sobre su tocador (Knight con ocho años, la espalda muy recta y uniforme de los Cub Scouts; Julie con siete, el mismo verano), Lily se dejó la mano dentro del vestido hasta que el Joy terminó de evaporarse y no le quedó nada que hacer más que abrir el cajón donde había estado guardado el revólver calibre 38 desde el día en que Everett matara a la serpiente de cascabel en el jardín; el cajón de la mesita de noche donde tendría que haber estado el revólver. Ya sabía que no estaría ahí.
Nueve horas antes, a las cuatro de aquella tarde, Lily había decidido que no iba a ir a la fiesta de los Templeton. Hacía realmente demasiado calor. Se había pasado toda la tarde en el piso de arriba, tumbada en la cama en enaguas, con las persianas cerradas y el ventilador eléctrico encendido. Everett estaba en los campos de lúpulo, mostrándole el nuevo sistema de riego a un plantador de río abajo; Knight había ido en coche a la ciudad; Julie, supuso Lily, estaría en alguna parte con uno de los gemelos Templeton. La verdad era que no lo sabía."
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Traducción de Javier Calvo
Fiordo (CABA)
312 págs. - 21 x 14 cm.
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