Traducción de Jaime Zulaika
"Había dos iglesias en el barrio, pero yo había elegido Saint Mary en lugar de Todos los Santos, no sólo por que estaba más cerca, sino porque era High2. Me temo que mis pobres padres no lo hubieran aprobado en absoluto, y me imaginaba a mi madre, con los dientes apretados, moviendo la cabeza y pronunciando, en un susurro asustado: «Incienso». Pero tal vez era lo más natural del mundo el querer rebelarme contra mi educación, aun cuando fuese de aquel modo inofensivo. Di una oportunidad a Todos los Santos; de hecho, fui allí dos domingos, pero cuando regresé a Saint Mary el padre Malory me paró una mañana después de misa y me dijo que se alegraba mucho de volver a verme. Él y su hermana habían estado bastante preocupados; temieron que yo estuviese enferma. A partir de entonces no había abandonado nunca más Saint Mary, y Julian Malory y su hermana Winifred se habían convertido en amigos míos.
Algunas veces pensaba en lo curioso que era habérmelas apañado para llevar en Londres una vida tan parecida a la que llevaba en una rectoría rural cuando mis padres vivían. Pero son tantos los barrios de Londres que poseen una atmósfera singularmente provinciana o parroquial, que quizá sólo sea cuestión de escoger personalmente una parroquia y amoldarse a ella. Al morir mis padres, con una diferencia de dos años entre uno y otro, heredé una pequeña renta y un surtido de muebles, pero no un hogar. Fue entonces cuando había aunado fuerzas con mi antigua compañera de estudios Dora Caldicote, y mientras ella se dedicaba a la docencia, yo trabajaba en la censura, para la cual, por suerte, no parecían ser necesarias cualificaciones superiores, aparte de paciencia, discreción y una ligera tendencia a la excentricidad. Ahora que Dora se había ido, confiaba en estar sola una vez más, llevar una vida civilizada, con un dormitorio, un cuarto de estar y una habitación de invitados para las amistades. No poseo el temperamento de Dora, que disfruta durmiendo en un catre de tijera y comiendo en platos de plástico. Pensaba que tenía ya la edad de ser melindrosa y solteril si me apetecía. Trabajaba unas cuantas horas en una organiza ción que ayudaba a señoras empobrecidas, una causa muy próxima a mi espíritu, ya que me sentía la clase de persona que podría algún día llegar a ser una de ellas. La señora Napier, con sus pantalones alegres y su antropología, evidentemente nunca lo sería."
2Se conoce como High Church a la facción de la Iglesia anglicana más próxima a la liturgia católica; y como Low Church a aquella más reformista y liberal.
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Gatopardo (Barcelona)
320 págs. - 20 x 13 cm.
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