Traducción de Antonio Bonanno
"El capitán Wentworth no poseía fortuna. Había tenido suerte en su profesión, pero nada había logrado porque gastaba liberalmente y con facilidad cuanto había ganado, aunque confiaba en que pronto sería rico. Lleno de vida y de entusiasmo, sabía que pronto tendría una nave y estaría en una condición que lo conduciría a todo lo que deseaba. Siempre había sido afortunado y sabía que la buena suerte seguiría acompañándolo. Tal confianza, poderosa en su propia intensidad y seductora en el ingenio con que a menudo la expresaba, debió ser suficiente para Anne, pero lady Russell veía las cosas de manera muy diferente. El carácter confiado del joven y su intrepidez mental causaban una impresión muy distinta en ella: no veía más que un agravante del mal, que sólo le agregaba peligrosidad. Él era brillante y también obstinado, y a lady Russell le gustaba poco el ingenio y sentía horror por todo lo que se acercara a la imprudencia, por lo que lamentaba esa relación en todos los sentidos.
La oposición que produjeron esos sentimientos fue más de cuanto Anne podía combatir. Joven y dócil como era, aun hubiese sido posible soportar la mala voluntad de su padre, incluso sin el atenuante de una mirada o una palabra amable de parte de su hermana, pero lady Russell, a quien siempre había querido y respetado, no podía aconsejarla constantemente, con tal firmeza de opinión y con maneras tan tiernas, sin lograr resultados. Fue persuadida a creer que el compromiso era algo equivocado, indiscreto e impropio, algo que difícilmente tendría éxito, y que no lo merecía. Pero no fue una mera cautela egoísta la que le hizo poner fin a ese romance. De no haber imaginado que estaba considerando el bien de él, aún más que el suyo propio, difícilmente lo hubiese abandonado. La idea de ser prudente y abnegada sobre todo por el bien de él, fue su principal consuelo en la angustia de la separación, una separación final. Y cada consuelo fue necesario, porque debió afrontar todo el dolor adicional de las opiniones de él, absolutamente inflexibles y poco convencidas, y del hecho de que se sintiera maltratado por una separación tan forzada. Después de ese encuentro, él se había marchado del lugar.
En unos pocos meses se había dado el comienzo y el fin de la relación de ambos, pero no terminó en unos pocos meses la cuota de dolor que le ocasionó a Anne. Su amor y sus remordimientos empañaron por largo tiempo todos los goces de la juventud, y la temprana pérdida de lozanía y el decaimiento de su ánimo habían sido sus efectos duraderos."
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Losada (CABA)
248 págs. - 23 x 15 cm.
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