Segunda edición
Diré esto con un suspiro... (Robert Frost, El camino no tomado)
"Gerard Maines vivía en el mismo piso que una mujer llamada Benna, quien luego de pasar cuatro minutos en cualquier conversación, siempre lograba decir la palabra pene. Él no era un mojigato, pero de todas formas sentía vergüenza al escucharla. Trabajaba todo el día con niños, les enseñaba un tipo de aerobics, y el lenguaje más extremo que solía escuchar le parecía estar en código, hecho de acrónimos o quizás, incluso, en alemán -bu bu, funky, pinik-, palabras cuyo significado era difícil de descifrar incluso en contexto, y que por esa razón no presentaban ningún peligro para él. Sospechaba que esto no era algo distinto a esos conocidos suyos que odiaban las traducciones de las óperas. "Créeme”, solían explicar, "realmente no quieres saber qué están diciendo".
Hoy, Gerard y Benna estaban hablando sobre las familias.
-Los padres y los hijos -dijo ella- son como los gobiernos: siempre están usando sus penes como espadas.
-En serio -dijo Gerard, sentado en la mesa de la cocina de ella, y sorbió un poco de cerveza sin alcohol como desayuno. Se tocó la barba como un hombre tratando de decidir.
-Pero yo qué sé -Benna sonrió y se encogió de hombros-. Crecí en un tráiler. No es como una verdadera familia con una casa. -Esa era su excusa para todo, su propio estribillo de autocrítica; había crecido en un tráiler en el estado de Nueva York y por eso no estaba calificada para opinar sobre ninguno de los temas sobre los que se seguía pronunciando.
Gerard tenía su propia línea de autojustificación:
-Yo hice de retardado en la obra de mi padre.
-¿Fuiste un retardado en la obra de tu padre?
-Sí -dijo, y se dio cuenta de que cuando uno se enfrentaba con las grandes preguntas de la vida y no encontraba grandes respuestas, debía conformarse con respuestas pequeñas, improvisadas, de la misma forma en que en un día cualquiera una persona tiene que comer al menos algo, aunque no sea maravilloso y grande-. Escribía obras de teatro en nuestro pueblo. Él también elegía el elenco y realizaba la dirección. Fue más difícil vivir el resto de la vida después de eso.
-Debe haber sido horrible para ti -dijo Benna mientras servía más cerveza sin alcohol en los dos vasos.
-Sí -dijo. Él la amaba mucho."
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Traducción de Cecilia Pavón
Eterna Cadencia (CABA)
272 págs. - 22 x 14 cm.
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